El vino ha sido parte de la humanidad desde la época antes de Cristo, siendo un símbolo de celebración, estatus y lujo. Esta representación ha sido conservada hasta los tiempos modernos, donde se considera una manifestación de elegancia y clase.
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¿Cómo se obtiene el vino?
Esta bebida es obtenida a partir de la fermentación alcohólica de su zumo, actualmente, este proceso es estudiado rigurosamente por las empresas que comercian este producto, cuidando cada detalle, al punto que las condiciones en las que crecen los viñedos son controladas, ya que, se demostró que esto influye en el sabor del producto final. Por ejemplo, la acidez del vino depende directamente de la temperatura en que crecieron las uvas.
Proceso del vino
En ese sentido, del proceso de obtención del vino ha surgido una ciencia, denominada enología, la cual es estudiada por las empresas para conseguir la mejor calidad en sus productos. Además, para los consumidores del vino, este representa el acompañante ideal para la gastronomía de más alto nivel, donde cada tipo de vino, dependiendo de sus características, se adapta mejor al plato correspondiente. Evidentemente, existe una gran industria alrededor de esta bebida, existiendo expertos que se encargan de calificar anualmente los ejemplares de vino en revistas especializadas en este tema, de hecho, el mercado es tan grande que solo en 2016 se produjeron más de 250 millones de hectolitros de vino en todo el mundo, donde los líderes de la industria, como de costumbre, fueron Italia, Francia y España, naciones que tienen una tradición ligada al vino.
La delicia de muchos
Ahora bien, este producto es exclusivo representando hasta una afición para algunos y sus delicadas formas de conservar los vinos lo hacen aún más especial, para los amantes del vino existen códigos sagrados a la hora de almacenar sus botellas, para preservar el sabor inicial del ejemplar. Para conservar una botella de vino antes de ser abierta, se debe disponer de un lugar oscuro, en su defecto, es recomendable envolverla en un paño con sumo cuidado, ya que, la exposición directa a la luz solar o artificial puede acelerar su proceso de degradación.
Conservar los vinos
Al mismo tiempo, la temperatura es importante, en ningún caso debe superar los 24 grados centígrados, ahora bien, si se trata de un espacio que alberga diferentes tipos de vinos, una temperatura de 12ºC es ideal. Además, se deben evitar las fluctuaciones repentinas de temperaturas, ya que, pueden provocar daños irreparables al vino. Por su parte, la humedad debe ser de 70%, esta es perfecta para preservar un mínimo ritmo de evaporación, siendo importante mantener la botella de forma horizontal para que el corcho mantenga contacto con el líquido.
Por otro lado, una vez abierta una botella de vino, lo más recomendable es consumirlo todo, debido a que preservarlo es más complicado. Para un vino blanco, la mejor forma de conservar los vinos una vez abierto es en una bodega, armario o refrigerador, resistiendo unos cinco días como máximo. En el caso del vino tinto, dejarlo en un lugar fresco y oscuro es la mejor opción, resistiendo alrededor de una semana, en el mejor de los casos.
Conclusión
En definitiva, debes seguir los consejos que te hemos dado para tener precaución al a hora de conservar los vinos. Es importante seguirlos ya que puede darse el caso del que el vino se eche a perder y tengamos una gran pérdida. Sobre todo si tener una buena inversión en vinos, por eso nos conviene tener clara unas cuantas ideas a la hora de tener nuestra propia bodega en casa.