Las bacanales griegas eran un estilo de celebración que surgió de la civilización griega y que luego fue adoptado por los romanos como un tipo de ritual hacia el Dios del vino, Dionisio. Cuando hablamos de orgías en las civilizaciones antiguas, es necesario nombrar a las bacanales, introducidas hace más de 200 A.C y que mezclaban, mujeres, ritos y por supuesto, vino.
Algunas de estas celebraciones duraban más de dos días, con mucha interacción, estimulación, erotismo y sensualidad. Si bien al principio era un símbolo religioso, pasaron a ser reuniones clandestinas donde se reservaban a las féminas de preferencia y tomaban el mejor vino de la ciudad. Algo que sabían hacer muy bien los romanos, innovadores en el cultivo del vino.
Durante los bacanales griegos se consumía vino de una manera desmedida, sobrepasando los límites de embriaguez y cogiendo más fuerza para completar los actos. Y es que las personas buscaban la desinhibirse a través de este poderoso líquido con la finalidad de sobrepasar los límites morales y hacer toda clase de actos que se podrían con una acompañante ideal. Como por ejemplo, eligiendo chicas de compañía en Tarragona.
Sin duda, al ser una ceremonia de sacrificios al Dios del Vino, Dionisio, este era el principal enfoque del que se tenía que tener mucho cuidado. El vino debía ser de clase alta, con buen sabor al paladar y de los mejores cultivos reales.
Es por ello que, a continuación, hablaremos sobre cómo era el vino en los bacanales griegos, por qué estos rituales se hicieron tan famosos y cuál era el simbolismo del vino en las ceremonias. ¿Llama tu atención? Te invitamos a que te quedes con nosotros hasta el final. ¡Comencemos!
Tabla de Contenidos
¿Cómo era el vino en los Bacanales Griegos?
Uno de los episodios más emocionantes de la historia del vino fue sin duda en los bacanales griegos, donde esta bebida era uno de los aspectos esenciales de la ceremonia erótica y sexual. El vino se convirtió en un elemento clave para la población, consiguiendo nuevas técnicas de cultivo que sacaban el máximo potencial de su producción.
El empleo de este vino tenía un fin sacramental y estaba completamente ligado con la ceremonia al Dios del Vino, Dionisio. Y aunque la versión de Dionisio en Roma era Baco, también es conocido popularmente que muchos romanos adoptaron y adaptaron las características principales de los dioses griegos y muchos de sus rituales de adoración. Tal es el caso del erótico bacanal griego.
Como se mencionó anteriormente, los romanos eran una civilización que se caracterizó por ser ingeniosa e innovadora con los recursos que tenían a disposición. Todo era por el bien de un buen negocio que alzara a Roma como uno de las mejores repúblicas e imperio del momento. De hecho, desarrollaron unas técnicas de cultivo y vinificación mucho más profunda que cualquiera de las civilizaciones de aquél entonces, teniendo mucho cuidado con la tierra, las cepas, el cuidado, ambiente y los materiales de vinificación. Convirtiendo en cuestión de nada al vino en un negocio de éxito.
Y, aunque utilizaban técnicas de cultivo más rusticas de la que conocemos hoy en día, y solían utilizar las terrazas, seguía siendo una bebida de calidad con un buen toque de éxtasis. Que era, precisamente, el toque de embriaguez que necesitaban los participantes de los bacanales griegos para hacer sus actos sexuales. Por lo que puedes agregar esta bebida en tu proxima relación sexual, sobre todo con chicas de compañía en Écija. Que disfrutan muy bien de la embriaguez y los juegos previos.
¿Qué significaba el vino en los bacanales griegos?
Un bacanal no es más que una orgía con mucho desorden y tumulto, donde se hacía culto al Dios del Vino. Más allá de que el vino era algo simbólico para los bacanales, este era un aspecto fundamental para la construcción del escenario de las ceremonias. Allí se bebía y comía a niveles extremos, llegando incluso a los excesos para poder tener una actividad sexual desenfrenada.
El vino era centro de adoración, vicio y acompañante del acto sexual. Lo que buscaban los romanos era poder desinhibirse y cometer los actos de impurezas que te podrás imaginar. Desde participar en las orgías, exhibición, voyeur, tríos y mucho más, solo podía ser posible gracias a la intervención del vino. Al final del día, eran tanto el acompañante de la noche, como el factor que desencadenaba los momentos de más puro placer. Llegando a ser una figura ideológica.
Vino y las leyendas mitológicas de los bacanales
Si bien hablamos del vino como una figura de sensualidad, también es importante destacar lo mitológico. De acuerdo a la leyenda de Dionisio, este se encontraba enamorado de su amigo Ampelo, por lo que tuvo la idea de regalarle una cepa de vid que colgaba en lo alto de árbol. Este último se subió al árbol para probar la cepa y lastimosamente cayó a su muerte.
Por otro lado tenemos a Baco, la contra-parte del Dios griego en la cultura romana. Su leyenda asegura que andaba camino a la ciudad de Naxia, cuando se lanzó a descansar en medio de un viaje cansino. De repente, notó que sus pies habían aplastado una planta, la cual lo impresión tanto que se la llevó en el resto del camino.
Para poder plantarla, tomó un hueso hueco de ave que floreció hasta dejar al descubierto las raíces de la planta. Volvió hacer una y otra vez el mismo proceso, teniendo buenos resultados. Esto se debe a que Baco desprendía y transmitía fertilidad. La planta era ni más ni menos que una vid, razón por la que los romanos adoraban al Dios como fuente de fertilidad a los cultivos de las cepas.